Mike Trout baja la presión luego de que los umpires no marcaran la interferencia de un aficionado en el juego ante los Astros

Todos los aficionados más apasionados y en general contrarios a los Dodgers recordaron el pasado sábado aquella jugada en la Serie Mundial cuando dos fans de los Yankees le robaron una pelota a Mookie Betts en el jardín derecho, situación que les costó un veto de por vida en estadios de la MLB.

Y ¿por qué los acérrimos críticos de los Dodgers están tan enojados? Es la pregunta pertinente. Pues resulta que están que echan espuma por la boca luego de que a Mike Trout no le fue favorable la decisión de los umpires en una jugada similar el sábado pasado en el partido de los Angels contra los Houston Astros.

Sin embargo, Trout no se lo tomó tan en serio y de hecho al final del partido se hizo fotos con el aficionado de los Astros que sólo intentaba poner a salvo a su hijo que se encontraba en el camino de la bola y que supuestamente cometió la interferencia en una jugada en la que el pelotero de los Angels fue a buscarla en terreno de foul, durante la segunda entrada.

Los umpires definieron la jugada como foul y no interferencia, y dicha decisión no conflictuó al estelar de los angelinos, quien al final ayudó a su equipo impulsando dos carreras para la victoria 4-1.

Quizás lo que más hizo enojar a los acérrimos detractores de los Dodgers -aparte de la decisión de los árbitros- fue que Trout se lo tomó con tanta filosofía, que al final del partido decidió tener un gesto de grande con los aficionados del equipo contrario que lo pusieron en esa situación: Jared Whalen y su pequeño hijo, a quienes les regaló uno de sus bats, y con quienes se tomó fotos y platicó largo y tendido: «Se disculparon muchísimo. Yo también tengo hijos. Ese niño tendría probablemente nueve años… Eran gente muy amable«, dijo Trout.