Los recientes asesinatos de seis uniformados en distintas regiones del país durante la Semana Santa han sido atribuidos por el Gobierno Nacional al “plan pistola” ejecutado por grupos armados ilegales, específicamente el ELN y el Clan del Golfo. Así lo confirmó el ministro de Defensa, Iván Velásquez, durante la entrega del balance de seguridad del periodo festivo.
Los homicidios, registrados en municipios de Antioquia como Carepa, Salgar y Chigorodó, así como en Lourdes (Norte de Santander) y Cartagena (Bolívar), revelan un patrón de sicariato que, según las autoridades, sería una respuesta violenta a los recientes operativos de la Fuerza Pública en zonas estratégicas del país. “Estos ataques son una retaliación por la presión militar y los golpes contundentes contra las estructuras criminales”, afirmó Velásquez.
El Gobierno ha ofrecido una recompensa de hasta 100 millones de pesos por información que permita dar con los responsables de estos actos. Además, el director de la Policía Nacional, general Carlos Fernando Triana, condenó los asesinatos calificándolos como actos cobardes que enlutan a la institución. A pesar de la violencia, las autoridades informaron que lograron frustrar al menos 148 atentados contra civiles durante la Semana Santa y continuar debilitando a estructuras del ELN, Clan del Golfo y otras disidencias de las FARC.
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