Un tribunal federal en Florida (Estados Unidos) condenó a cadena perpetua a Stefan Andrés Correa, ciudadano ecuatoriano-estadounidense de 43 años, por liderar una red de explotación sexual de menores en Medellín. De acuerdo con las investigaciones, entre 2020 y 2024 Correa viajó en al menos 48 ocasiones a la capital antioqueña para cometer delitos sexuales contra niñas, principalmente entre los 9 y 12 años de edad, con apoyo de una red local encargada de ubicar a las víctimas.
La detención se produjo en el aeropuerto internacional de Miami en abril de 2024, cuando Correa se disponía a viajar nuevamente a Colombia. En su equipaje se hallaron videos, fotografías y conversaciones con intermediarias, lo que permitió a las autoridades establecer el patrón de conducta. Según la Fiscalía estadounidense, Correa pagaba en promedio 300.000 pesos y ofrecía celulares como parte de los acuerdos con las víctimas y sus facilitadoras, utilizando el alias de “Cris” para ocultar su identidad.
En el marco de la misma investigación, dos mujeres colombianas fueron vinculadas al caso. Lina Marcela Velázquez Maldonado fue condenada a 21 años de prisión por su participación en al menos un hecho, mientras que María Camila Cano Cuervo permanece en libertad mientras avanza el proceso judicial. Las autoridades indicaron que esta operación, denominada “Cazador”, fue posible gracias a la cooperación internacional y el trabajo conjunto entre Estados Unidos y Colombia.
