En un escalofriante tercer día de testimonios en la corte de Nueva York, Casandra Ventura, visiblemente afectada y embarazada, continuó desgranando los horrores vividos durante su relación de una década con el magnate musical Sean Combs. Ante un jurado atento y la presencia del propio Combs, Ventura relató con detalles desgarradores episodios de violencia física, manipulación psicológica y coerción sexual, incluyendo orgías forzadas y agresiones brutales. Su testimonio, que se extendió por casi seis horas, se centró en incidentes específicos como la paliza propinada en un hotel de Los Ángeles en 2016, donde fue arrastrada por el pasillo tras intentar huir, y la constante humillación y control ejercido por Combs, quien incluso la obligaba a contratar y pagar a trabajadoras sexuales para sus encuentros.
La crudeza del relato de Ventura no se detuvo en la violencia física. Reveló cómo Combs la sometía a un régimen de terror psicológico, amenazándola con la difusión de videos íntimos y aislándola de su entorno. Narró incidentes humillantes como ser expulsada de un barco en Cannes y ser agredida en múltiples ocasiones sin motivo aparente, dejando cicatrices físicas y emocionales profundas. La artista describió un patrón de conducta abusivo que la llevó a desarrollar una adicción a los opiáceos como una forma de escape ante el constante maltrato y la obligada participación en actos sexuales degradantes. Su testimonio culminó con la dolorosa confesión de una violación en su propio hogar en 2018, un punto de inflexión que la sumió en una profunda desesperación.
El impacto del testimonio de Ventura ha sido palpable en la sala del juicio, obligando a la defensa de Combs a reconsiderar su estrategia. Las detalladas y consistentes narrativas de abuso, respaldadas por mensajes de texto presentados como evidencia y el reconocimiento de su propia imagen en fotografías explícitas, han contrastado fuertemente con el intento de la defensa de presentar las prácticas sexuales como consensuadas y atípicas. La valentía de Ventura al compartir su verdad ha puesto de manifiesto la gravedad de las acusaciones contra Sean Combs, dejando una profunda impresión en el jurado y planteando serias interrogantes sobre el futuro legal del influyente empresario musical.
