Habitantes del barrio Mi Refugio, en el oriente de Montería, denuncian una grave crisis sanitaria que combina el represamiento de aguas putrefactas, conocido como la “laguna verde”, con la suspensión del servicio de recolección de basuras, sin que hasta ahora haya respuestas claras de las empresas responsables.
La problemática del agua estancada no es nueva: en años anteriores ya había sido reportada e intervenida de manera parcial, sin que se implementara una solución definitiva. Con la llegada de las lluvias, el problema resurgió con mayor fuerza, generando malos olores, afectaciones de salud y confinando a los vecinos en sus viviendas por el temor a infecciones. A pesar de las quejas formales, la empresa Veolia, encargada del servicio de acueducto y alcantarillado, no ha brindado una respuesta efectiva.
A la emergencia ambiental se suma la falta de servicio de aseo. Desde hace más de una semana, la empresa Urbaser no recoge los desechos en el sector, aumentando el riesgo de proliferación de plagas y enfermedades. Sin ninguna comunicación oficial, la paciencia de la comunidad se agota y muchos habitantes han advertido que, si la situación persiste, trasladarán las basuras hasta la sede principal de la empresa como medida de protesta.
Ante este panorama, los residentes hacen un llamado urgente al gobierno municipal para que intervenga, exigiendo el cumplimiento de las obligaciones contractuales de las empresas y acciones inmediatas para evitar una emergencia de mayores proporciones.
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