Aunque Los Ángeles comparten el mejor récord de las Grandes Ligas, su rendimiento defensivo ha encendido las alarmas en el cuerpo técnico Leer
Los Dodgers no han tenido problemas para producir carreras ni para dominar en la lomita, pero cuando la pelota se eleva y cae en los jardines, los resultados no siempre son confiables. Dave Roberts, manager del equipo, fue honesto al hablar sobre las limitaciones defensivas que enfrenta su equipo.
«Es justo», dijo Roberts cuando fue cuestionado por las críticas al rendimiento defensivo del outfield. «Si nos fijamos en la construcción de nuestros jardines, no somos veloces. Y lo sabíamos al armar esta plantilla. Por lo tanto, hay un costo. Cuando las pelotas se quedan un tiempo en la línea o en el hueco, y no podemos alcanzarlas, eso es parte del problema«.
Aunque el equipo se mantiene dentro del promedio en eficiencia defensiva general (.698 en bolas en juego convertidas en outs), las métricas más avanzadas pintan un panorama preocupante. Según el Baseball Information Systems, los Dodgers están empatados con la segunda peor marca de las Grandes Ligas con un -3 en carreras por encima del promedio.
Las estadísticas individuales respaldan la preocupación de Roberts. Teoscar Hernández, jardinero derecho titular, aparece en el primer percentil de toda la MLB en la métrica Outs Above Average (OAA), con un preocupante -8. En otras palabras, ha producido menos outs de lo esperado en jugadas estándar y ha sido una de las peores referencias defensivas en su posición esta temporada.
Michael Conforto, titular en el jardín izquierdo, tampoco escapa al bajo rendimiento defensivo, con un -4 OAA que lo ubica en el noveno percentil. Juntos, han contribuido a una caída sostenida en la fiabilidad de los jardines de los Dodgers, un aspecto que podría pasar factura cuando cada jugada cuente en postemporada.
Roberts no esquivó la responsabilidad, pero insistió en que la clave está en ejecutar lo básico. «Tenemos que hacer las jugadas que se supone que debemos hacer. Así es como estamos construidos», sentenció, sin dramatizar pero con la preocupación evidente de quien ya ha sufrido eliminaciones por errores costosos en el pasado.
Con la fecha límite de cambios acercándose, los Dodgers podrían estar buscando algo más que poder ofensivo o profundidad en el bullpen. Las señales apuntan a que un jardinero con herramientas defensivas sólidas podría estar entre las prioridades de la gerencia, incluso si su producción ofensiva no es estelar.
Roberts sabe que un equipo diseñado para ganar la Serie Mundial no puede permitirse ser vulnerable en áreas clave del juego. «Cuando estamos sanos y alineados, somos tan buenos como cualquiera», declaró hace unas semanas. Pero ahora, con la defensa como una grieta evidente, el margen de error se achica y el tiempo para tomar decisiones estratégicas se acorta.
Los Dodgers tienen un roster estelar, lideran su división y cuentan con nombres como Shohei Ohtani, Mookie Betts y Freddie Freeman. Pero como ha dejado claro Dave Roberts, los títulos no se ganan solo con ofensiva y profundidad en la rotación. Si no logran tapar ese «agujero» defensivo en los jardines, la temporada 2025 podría terminar antes de lo esperado.
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