Del Olimpo a los hogares colombianos: La historia del Día de la Madre que pocos conocen 

Desde las antiguas diosas griegas hasta WhatsApp: cómo una tradición milenaria se convirtió en la segunda celebración más importante del año

Más allá de las flores, chocolates y mensajes emotivos que inundan las redes sociales cada segundo domingo de mayo, el Día de la Madre esconde una rica historia que se remonta a las civilizaciones antiguas y que en Colombia tiene características únicas que la distinguen del resto del mundo. 

Aunque la Organización de las Naciones Unidas estableció el 1 de julio como el Día Mundial de las Madres y los Padres, Colombia mantiene fiel su tradición de celebrarlo el segundo domingo de mayo, compartiendo fecha con Estados Unidos y España. Sin embargo, esta aparente coincidencia global tiene raíces mucho más profundas. 

Los primeros registros de celebraciones maternales se encuentran en la antigua Grecia, donde se rendía tributo a Rea, madre de los poderosos dioses Zeus, Poseidón y Hades. Las llamadas “Fiestas de Rea” eran ceremonias dedicadas a la fertilidad que marcaron el inicio de una tradición milenaria. Los romanos adoptaron y adaptaron esta costumbre, honrando a su diosa madre Cybele durante las festividades de “Hilaria” cada marzo. 

Con la expansión del cristianismo, la celebración se transformó en el “Domingo de la Madre”, asociándose posteriormente con la aparición mariana a tres niños portugueses el 13 de mayo de 1917. Sin embargo, el verdadero impulso moderno llegó en el siglo XIX, cuando la burguesía europea elevó la maternidad a un ideal social. 

La historiadora María Isabel Gascón explica este fenómeno: “La nueva clase social necesita incrementar su natalidad para afianzarse socialmente y hacer frente al ‘peligro’ obrero. Una mujer que no es madre, es una mujer incompleta”. 

En Estados Unidos, dos mujeres pioneras marcaron el rumbo actual de la celebración. Julia Ward Howe, activista por los derechos femeninos, propuso en 1870 el “Día de la Madre de las Madres” como un llamado a la paz mundial. Posteriormente, Anna Jarvis retomó la iniciativa en 1905, logrando finalmente la oficialización de la fecha. 

Colombia adoptó oficialmente esta celebración en 1925, cuando el presidente Pedro Nel Ospina promulgó la Ley 28, ordenando que las escuelas reconocieran las labores maternas “en el hogar, la sociedad y el Estado”. Curiosamente, Norte de Santander mantiene una tradición diferente, celebrando el último domingo de mayo, costumbre que algunos atribuyen al devastador terremoto de 1875 y otros a retrasos en las importaciones comerciales de la época. 

  


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