El equipo de Chicago honra al primer Papa estadounidense con una instalación gráfica y una playera personalizada en el Guaranteed Rate Field Leer
Los Chicago White Sox han dejado claro a quién apoyan en el cielo… o al menos en el Vaticano. El equipo aprovechó su encuentro ante los Seattle Mariners para rendir un homenaje único y peculiar a su aficionado más sagrado: el Papa León XIV.
El tributo se materializó en forma de una instalación gráfica ubicada en el Guaranteed Rate Field, casa de la franquicia, en la que se puede ver al Pontífice saludando con el skyline de Chicago de fondo.
La imagen está acompañada por una fotografía icónica de León XIV celebrando durante la Serie Mundial de 2005, cuando los White Sox conquistaron el título que puso fin a una sequía de 88 años.
Las imágenes que evidencian la afición del Papa por los patipálidos comenzaron a circular poco después de que el cardenal estadounidense de 69 años fuera elegido como el nuevo líder de la Iglesia Católica.
En una de las fotos más comentadas, se muestra una imagen tomada por Heidi Skokal para el Chicago Sun Times, en la que se le ve hablando por teléfono durante el histórico campeonato de 2005, en una escena que muchos imaginaron como un llamado directo «al de arriba» para pedir una carrera decisiva.
La muestra de devoción papal al equipo no pasó desapercibida entre los directivos de los White Sox, quienes decidieron inmortalizar el momento con un gesto que mezcla religión y beisbol, dos pasiones que en Chicago se viven con intensidad.
Además de la obra artística, junto a la instalación se colocó una camiseta enmarcada del equipo, lista para ser usada por Su Santidad si en algún momento decide asistir a un partido en vivo. De ese modo, el Papa ya tiene su propio «uniforme» listo para alentar al equipo desde las gradas.
Aunque se encuentra a más de 6,400 kilómetros de distancia, el Papa León XIVno se ha desconectado de sus raíces. Mientras los White Sox celebraban su fervor en el estadio, él se encontraba en una audiencia con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y su esposa Usha, quienes le entregaron otro regalo con sabor a casa: un jersey personalizado de los Chicago Bears, el equipo de futbol americano de la ciudad.
Este intercambio entre símbolos religiosos y deportivos confirma que, aunque sus responsabilidades como líder espiritual de 1,400 millones de católicos en el mundo ocupen la mayoría de su tiempo, el Papa aún encuentra espacio para sus pasiones terrenales. Ya sea con un jersey de los Sox o de los Bears, León XIV demuestra que la fe y el deporte no están reñidos.
El homenaje de los White Sox marca un momento inédito: nunca antes un Papa había sido públicamente vinculado como fan de un equipo de las Grandes Ligas.
Si alguna vez decide visitar Chicago durante la temporada, no cabe duda de que el estadio lo recibirá con los brazos abiertos… y con mercancía lista para que la use.
Después de todo, incluso en la cima de la espiritualidad, siempre hay espacio para celebrar un jonrón.
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