Un apagón sin precedentes ha dejado a España, Portugal y otras regiones de Europa occidental sumidas en la oscuridad. La interrupción del suministro eléctrico, que comenzó alrededor de las 12:30 del mediodía, ha afectado a millones de ciudadanos y ha paralizado servicios esenciales como el transporte público, hospitales y aeropuertos.
Las primeras investigaciones apuntan a un posible ciberataque como causa del incidente. Según fuentes del gobierno portugués, no se descarta la posibilidad de un sabotaje coordinado contra la red eléctrica europea. Red Eléctrica de España (REE) ha confirmado que el sistema sufrió un «cero energético», lo que indica un colapso total del suministro. Expertos en seguridad informática han señalado que este tipo de ataques pueden comprometer infraestructuras críticas, afectando la estabilidad de los países afectados.
El Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe) y el Ministerio del Interior han iniciado una investigación para determinar si el apagón fue provocado por una intrusión informática. Mientras tanto, las autoridades trabajan en la reposición del servicio, priorizando hospitales y centros de emergencia.
Este evento marca un precedente en la vulnerabilidad de las redes eléctricas europeas y plantea interrogantes sobre la seguridad digital en el continente. La comunidad internacional sigue de cerca la evolución de la crisis, mientras los ciudadanos esperan el restablecimiento total del suministro.
¿Será este el inicio de una nueva era de ataques cibernéticos a infraestructuras esenciales?
