Más de 600 oficiales de la Policía Nacional, entre tenientes, capitanes, mayores y tenientes coroneles, continúan a la espera de la firma presidencial que autorice sus ascensos, generando una creciente inquietud dentro de la institución. Según fuentes internas, el presidente Gustavo Petro no ha firmado los decretos correspondientes desde el 1 de junio, afectando no solo la moral de los uniformados, sino también la estructura operativa de mando, en un momento en que la Policía presenta la menor cantidad de coroneles y generales en los últimos 15 años.
Altos mandos de la institución han reconocido que esta es la primera vez que un jefe de Estado no cumple con el trámite en los tiempos acostumbrados, pese a que los oficiales ya cumplieron con los requisitos exigidos, incluyendo filtros de seguridad y capacitaciones. La falta de respuesta oficial ha provocado malestar y confusión, mientras aumentan las especulaciones sobre las causas del retraso, entre ellas supuestas objeciones personales del mandatario hacia algunos candidatos y procesos adicionales de verificación por parte de la Dirección de Inteligencia.
El congelamiento ha generado un golpe anímico y económico para los oficiales que esperan avanzar en su carrera, y ha encendido las alarmas en una institución que enfrenta serios retos en su operatividad y liderazgo. La falta de claridad sobre el futuro de estos ascensos añade presión a un contexto institucional ya sensible, sin que hasta el momento exista una comunicación oficial que explique los motivos detrás de esta decisión presidencial.
