Frustran robo a la casa de Yoshinobu Yamamoto, compañero de Ohtani en los Dodgers

Quién se iba a imaginar que mientras Yoshinubo Yamamoto lanzaba a kilómetros de distancia contra los Rojos de Cincinnati, en su casa de Hollywoord Hill se libraba otro juego tan importante como aquel que el japonés buscaba ganar para los Dodgers.

Aquella noche del 30 de julio hubo un error de cálculo. Los ladrones no lo sabían. ¡Cuántos bienes! ¡Cuántas joyas! ¡Cuánto todo! Ellos pensaron que la casa estaba sola, pero no. Un perro, saliendo de la nada, se convirtió en héroe. ¡Sí, un perro!

Los rateros saltaron la cerca, rompieron una puerta de vidrio… y se toparon con un guardián que no figuraba en su plan: el perro rescatado del as japonés.

Según cuenta Noel Sánchez, productor de la redes sociales de los Dodgers el ladrido feroz de aquel perro frenó el avance de los ladrones. Encender las luces bastó para que los intrusos huyeran sin tocar nada. «Los sospechosos no pudieron entrar a su casa, en parte gracias a su perro», relató Sánchez.

Se puede decir que este perro es un héroe anónimo. Nadie sabe su nombre, tampoco tiene papeles. No fue comprado en una boutique de animales pomposa de Beverly Hills, tampoco traído desde Japón a la metrópolis de los que juegan en Chavez Ravine.

Nada de eso. Se trata de un perro que rescató al pitcher de un refugio y que se convirtió en su mejor amigo.

Yamamoto reveló que adoptó al animal después de que su madre, quien trabajó en un hospital veterinario, lo acompañara a un refugio en Los Ángeles el año pasado.

«He amado a los animales desde niño»

Yoshinubo Yamamoto, pitcher de los LA Dodgers

Durante los entrenamientos de primavera en Arizona, el animal incluso compartió juegos con Shohei Ohtani y su perro Decoy.

El intento de robo a Yamamoto se suma a una preocupante lista: compañeros como Freddie Freeman y Max Muncy ya sufrieron asaltos a sus casas en años recientes. La vulnerabilidad es evidente cuando los jugadores están de viaje. Algunos han contratado seguridad privada; Yamamoto confió en su perro y ganó.

Fuera del susto, la temporada del derecho japonés es intocable: efectividad de 2.51 en 22 aperturas, con 139 ponches y solo 39 boletos en 122 entradas. Julio lo llevó a su primer Juego de Estrellas, y sus números de postemporada pasada (ERA de 1.72 en juegos clave) siguen siendo referencia de redención.

Los ladrones no pudieron robarle la concentración, y los bateadores rivales no han podido robarle su dominio.