En el marco de la conmemoración de los 206 años de la Batalla de Boyacá y los 215 años de la creación del Ejército Nacional, el gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta Bechara, lideró un emotivo acto de reconocimiento a la Fuerza Pública, en el que entregó la Medalla al Mérito a uniformados del Ejército, la Policía y la Armada que se destacan por su labor en defensa de la seguridad y la tranquilidad del pueblo cordobés.
Durante la ceremonia, realizada en Montería, el mandatario exaltó la valentía y entrega de los hombres y mujeres que portan el uniforme con honor, y reafirmó su compromiso con el fortalecimiento institucional y humano de las fuerzas armadas en el departamento.
“Díganles a sus familias que el gobernador de Córdoba y todos los cordobeses los queremos mucho, los valoramos y estamos profundamente orgullosos de ustedes”, expresó Zuleta en su intervención, destacando la importancia de reconocer y dignificar la labor de quienes arriesgan sus vidas en zonas rurales y de difícil acceso.
El gobernador anunció una inversión superior a los $26.000 millones destinada al fortalecimiento de las capacidades operativas y logísticas de la Fuerza Pública, reiterando que la seguridad es la base del desarrollo territorial.
“Le apostamos a invertir en nuestros uniformados, porque ningún territorio puede hablar de progreso sin garantizar seguridad y orden”, afirmó.
Zuleta también recordó que recientemente se realizó un Consejo de Seguridad en Montería, con presencia del Ministro de Defensa y la cúpula militar, en el que se evaluó la situación del orden público en Córdoba. En este contexto, fue enfático al desmentir la presencia del ELN u otros grupos armados organizados en el departamento.
“Esa fue la conclusión clara del Consejo de Seguridad. Por eso pedimos responsabilidad a la hora de comunicar. Nuestros hombres están dando la vida en las zonas rurales, y su labor no puede ser deslegitimada por rumores o intereses particulares”, puntualizó el gobernador.
Finalmente, hizo un llamado a la ciudadanía a trabajar de manera articulada por la paz, pero una paz basada en la transformación real de los territorios a través de educación, empleo y oportunidades.
“La paz no es hablar con el delincuente. La paz es que el Estado llegue a donde nunca ha estado, con dignidad, justicia social y desarrollo para todos”, concluyó.
