El hundimiento de la consulta popular en el Senado desató una tormenta política. El presidente Gustavo Petro no tardó en señalar directamente a la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, como una de las responsables del fracaso de su propuesta.
Según la revista Cambio, sectores del Partido de la U —alineados con Toro— inicialmente se inclinaban por apoyar la consulta. Sin embargo, el respaldo se desvaneció en la plenaria, lo que fue interpretado por el Gobierno como una traición.
Petro reaccionó con dureza en su cuenta de X:
“En el partido de la U, la actitud anticonsulta de la gobernadora del Valle partió las aguas. No era necesario impedir la voz de toda la sociedad. Desde la COP16 el Gobierno venía respaldando a la gobernadora. Las decisiones se tomaron con instinto de clase, no por el interés general. Lástima que el mundo laboral vallecaucano se quede sin gobernadora”.
La tensión escaló con la revelación de un chat filtrado entre el ministro Armando Benedetti y el ministro de Hacienda. En el mensaje, captado por una cámara de Cambio, Benedetti afirma:
“Hay que pararle todo a la gobernadora del Valle del Cauca. Nos traicionó, y de qué manera”.
El mensaje, además de confirmar la fractura interna, deja una inquietante pregunta en el aire: ¿Qué es lo que el Ministerio de Hacienda podría detener que afectaría directamente a la gobernadora y, por ende, al departamento?
La disputa entre Casa de Nariño y la administración del Valle apenas comienza. Y sus consecuencias podrían ir mucho más allá de una votación fallida.
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