En su esperado regreso como lanzador con los Dodgers, enfrentó a seis bateadores, alcanzó las 100 mph y dejó un mensaje claro Leer
Después de casi dos años fuera como lanzador, Shohei Ohtani volvió al montículo en un juego oficial de Grandes Ligas con los Dodgers de Los Ángeles. Su reaparición ocurrió frente a los Padres de San Diego en una presentación breve pero reveladora: solo una entrada de labor, pero suficiente para mostrar que está listo para competir. Esta salida marcó un paso crucial en su proceso de rehabilitación tras su segunda cirugía en el ligamento colateral cubital.
En ese inning, Ohtani enfrentó a seis bateadores. Comenzó cediendo sencillos consecutivos ante Fernando Tatis Jr. y Luis Arráez, y luego permitió una carrera con un elevado de sacrificio de Manny Machado. Logró su primer out después de 18 lanzamientos, y luego dominó con roletazos a Gavin Sheets y Xander Bogaerts para cerrar la entrada. No registró ponches, pero su velocidad fue notable. Dieciocho de sus 28 lanzamientos superaron las 98 mph, con una máxima de 100.2 mph, por encima de su expectativa personal de 95-96 mph para esta primera salida.
La atención no se centró solo en su desempeño, sino también en lo que dijo al terminar el partido. Con solo dos palabras, Shohei Ohtani lanzó una advertencia a toda la liga: «I’m back». La frase, inspirada en Los Indestructibles pero con claras raíces en Terminator, fue un guiño cinematográfico con carga simbólica. No fue una simple declaración, fue una promesa de que su dominio como lanzador volverá con fuerza.
El manager Dave Roberts confirmó que la decisión de regresar vino directamente del propio jugador. «Está preparado para lanzar en un juego de Grandes Ligas. Él nos lo hizo saber». Si bien Ohtani no mostró todo su repertorio, priorizó la recta y el control del cuerpo, y dejó claro que este regreso es progresivo. «Quiero ver cómo se siente mi cuerpo y cómo reacciona. La expectativa es lanzar una vez por semana e ir sumando entradas poco a poco», explicó el japonés.
Mientras sus lanzamientos causaban sensación, Ohtani también brillaba como bateador designado. Fue clave en la ofensiva de los Dodgers al impulsar dos carreras, una en la tercera entrada y otra en la cuarta, ayudando a generar un rally de cinco anotaciones. Su doble impacto, en la loma y en la caja de bateo, sigue siendo un recurso invaluable para los angelinos, especialmente gracias a su estatus de «jugador de doble vía», que no ocupa un cupo adicional de lanzador.
Este regreso no podría llegar en mejor momento para los Dodgers, cuya rotación ha sido severamente afectada por lesiones. Con 14 lanzadores fuera, incluidos nombres como Tyler Glasnow, Blake Snell y Roki Sasaki, el equipo necesita alternativas. Ohtani no solo cubre una necesidad estratégica, sino que eleva el nivel competitivo con su sola presencia. Su historial en la lomita, con marca de 38-19, efectividad de 3.01 y 608 ponches, respalda lo que puede aportar en esta segunda etapa como abridor con Los Ángeles.
La victoria 6-3 sobre los Padres fue completada por Ben Casparius y un bullpen que respondió con solidez. Más allá del resultado, lo importante fue el mensaje. Shohei Ohtani está listo para lanzar de nuevo al máximo nivel, y su proceso de rehabilitación avanza con éxito. Su presencia permite a los Dodgers mantener la flexibilidad en el roster sin comprometer la calidad del pitcheo.
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