El trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en Colombia representa una cifra económica significativa de $230,3 billones anuales, equivalente al 19,6% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Sin embargo, este trabajo, en su mayoría realizado por mujeres, no es reconocido como empleo formal, lo que limita su acceso a oportunidades educativas y laborales. El 90,3% de las mujeres mayores de 10 años en Colombia asumen estas responsabilidades, afectando principalmente su capacidad para estudiar, ya que el 15,2% de las jóvenes entre 6 y 21 años que no asisten a la escuela lo hacen debido a la carga de trabajo doméstico.
La distribución desigual del tiempo también es un factor importante, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). En promedio, las mujeres dedican el 17,6% de su día a tareas domésticas y de cuidado, mientras que los hombres solo destinan un 5,2%. Las mujeres en la franja de edad entre 25 y 44 años invierten hasta cuatro veces más tiempo que los hombres en estas actividades, lo que afecta tanto su educación como su potencial laboral. Además, la carga de trabajo comienza desde la infancia, con un 61,3% de las niñas de secundaria dedicando alrededor de 8 horas diarias a tareas del hogar.
A pesar de estas disparidades, las percepciones sobre la equidad de género han mostrado avances. Aunque la mayoría de los hombres y mujeres consideran que las mujeres son más aptas para las tareas domésticas, también coinciden en que ambos géneros deben contribuir al ingreso del hogar. Esta tendencia refleja una evolución en la percepción sobre el trabajo doméstico, aunque la desigualdad en la distribución de responsabilidades persiste, limitando el desarrollo académico y profesional de las mujeres en Colombia.
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