La Feria de la Ganadería ya no es solo una fiesta: es una fuerza que mueve a Córdoba. Se metió con todo —con su alegría desbordada, conciertos, desfiles, comparsas y una avalancha de visitantes— y volvió a encender la energía de una ciudad y un departamento que hoy se muestran al país y al mundo con orgullo. Lo que ya vivimos con las Fiestas del Río Montería y lo que se palpita de la Feria Nacional de la Ganadería demuestra que, cuando se planea bien, una celebración puede convertirse en motor de desarrollo económico, turístico, cultural y social.
Las cifras de 2024 lo confirman: más de 100 mil visitantes, más de 100 mil millones de pesos en circulación, más de 20 mil empleos generados y una ocupación hotelera entre el 97 % y el 100 %, con más de 5 mil camas vendidas. Dirán que me adelanto a los hechos, pero todo indica que este año romperemos récords. Lo que antes era una fiesta de pueblo, hoy es un evento de impacto real para Córdoba y la región Caribe, gracias al trabajo conjunto de actores públicos y privados.
Más allá de los números, habla la calle. Se respira otro ambiente: vendedores apropiándose de los símbolos de la feria, emprendimientos conectados con una marca que construye sentido de pertenencia. Afuera ya preguntan por el evento. Y lo que viene pinta aún mejor.
El turismo, eje clave en la agenda Córdoba 2052 de la CAF, se fortalece. El año pasado, el flujo de visitantes creció un 30 %, posicionando a Córdoba como destino emergente del Caribe. Este año reconocidas marcas nacionales e internacionales se han vinculado como nunca antes, viendo en este evento una vitrina con proyección nacional. Un elemento para potenciar es el Pueblito Cordobés, que no puede quedarse como escenografía de temporada. Hay que activarlo todo el año con arte, gastronomía y tradición.
Hay que ponerse la camiseta. Si la Feria nos beneficia, si le mete plata al bolsillo del comerciante, del conductor, del artista, del productor agropecuario, del emprendedor, ¿por qué no abrazarla como se debe? ¿Por qué no convertirnos en embajadores, en anfitriones orgullosos de lo que somos? Aquí no se trata solo de tomarse una foto con la vaca o de irse de parranda. Se trata de hablar bien de Córdoba, de guiar al visitante, de valorar nuestras expresiones culturales, de aplaudir el esfuerzo de quienes organizan estos espacios y de quienes invierten creyendo en esta tierra.
Los medios, los comunicadores y la academia tenemos una tarea clave: construir relato colectivo, fortalecer identidad, narrar lo que somos desde la alegría, el orgullo y la autenticidad.
Hay fiestas que no solo se gozan. También nos definen. Y nos proyectan.
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