En la era de la hiperconectividad, muchos han adoptado la costumbre de llevar el celular al baño. Aunque parece inofensivo, especialistas advierten que permanecer sentado en el inodoro durante largos períodos mientras se utiliza el dispositivo puede traer serias consecuencias para la salud.
Riesgos de usar el celular en el baño
Uno de los principales riesgos es el desarrollo de hemorroides, debido a la presión adicional en las venas del recto al permanecer más tiempo del necesario sentado en esta posición. Además, el esfuerzo prolongado puede afectar la circulación y provocar inflamación y dolor.
El celular también representa una amenaza desde el punto de vista higiénico. Al ser un dispositivo que acumula bacterias, usarlo en el baño facilita la propagación de microorganismos que pueden derivar en infecciones. A esto se suma el impacto en la postura: inclinarse hacia adelante para mirar la pantalla genera tensión en la espalda, el cuello y puede alterar la alineación de la columna.
Los expertos señalan, además, que este hábito interfiere en el proceso digestivo. Distracciones como el celular pueden hacer que se ignoren las señales naturales del cuerpo, dificultando la evacuación y favoreciendo problemas como el estreñimiento. También se reportan efectos negativos en la circulación sanguínea de las piernas, lo que en casos graves puede ocasionar coágulos.
Para evitar complicaciones, se recomienda no pasar más de diez minutos sentado en el inodoro y mantener el celular fuera del baño. Asimismo, la limpieza frecuente del dispositivo es clave para prevenir infecciones. La conclusión es clara: no se trata de renunciar a la tecnología, sino de usarla con responsabilidad para cuidar la salud.
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