Entre cirugías y rehabilitación, el astro japonés ha recorrido un camino complejo para recuperar su lugar en el montículo Leer
¿Qué causó la lesión de Shohei Ohtani y por qué duró tanto tiempo sin lanzar con los Dodgers?

La historia reciente de Shohei Ohtani no ha estado exenta de obstáculos físicos, pero su impacto como bateador ha mantenido viva la expectativa por verlo nuevamente lanzar. Desde que firmó con los Dodgers, el fenómeno japonés ha sido protagonista, incluso sin subirse al montículo. Sin embargo, su rol como pitcher, una de las piezas más fascinantes de su perfil único, ha estado en pausa por casi dos temporadas completas.
Esa ausencia no fue por precaución voluntaria, sino resultado de dos episodios médicos que coincidieron en menos de un año: primero una lesión de ligamento en el codo derecho, y luego un percance en el hombro izquierdo. Ambos eventos lo alejaron del montículo y lo obligaron a reconfigurar su calendario de regreso. Aun así, su presencia en el plato y su producción ofensiva mantuvieron su estatus de estrella indiscutida.
La travesía de Ohtani ha estado marcada por decisiones quirúrgicas complejas. Su operación en el codo, necesaria para reparar un ligamento desgarrado, se realizó bajo un enfoque más conservador que una reconstrucción completa, buscando optimizar la recuperación sin comprometer su futuro como lanzador. A esa rehabilitación se sumó una intervención en el hombro izquierdo, que ralentizó aún más su preparación.
En lugar de apresurarlo, los Dodgers optaron por manejar su reincorporación con extremo cuidado. Más que un calendario, han seguido señales del propio cuerpo de Ohtani, basándose en sus progresos durante sesiones controladas. Aunque estaba previsto que su retorno como pitcher ocurriera tras el receso del Juego de Estrellas, sus avances aceleraron los planes, permitiéndole abrir un juego ante San Diego en una aparición breve pero simbólica.
El regreso de Ohtani ocurre en un contexto complejo para los Dodgers, cuya rotación ha sufrido bajas importantes. Catorce lanzadores en la lista de lesionados no es una cifra menor, y aunque su retorno no resuelve todos los problemas de inmediato, sí representa un estímulo importante en el clubhouse y un recurso valioso a mediano plazo.
Más allá del valor estratégico, su vuelta al montículo aporta estabilidad emocional y confianza a un equipo que lo ha visto responder bajo presión. La emoción expresada por compañeros como Clayton Kershaw refleja la relevancia de su retorno no solo en términos deportivos, sino también como impulso moral en una temporada exigente.
Luego de casi 22 meses, Ohtani vuelve a lanzar. En este tiempo, se consolidó como uno de los bateadores más peligrosos de la liga, pero el espectáculo no estaba completo sin su rol como pitcher. Su regreso no es solo una victoria médica, sino también una reafirmación de su carácter competitivo y de su ambición por redefinir los límites del béisbol moderno.
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